Este era un viaje necesario, prometido desde ya hace un par de años, mi tercera visita en estas fechas de tanto fervor religioso, había que aprovechar el momento y pagar una deuda de agradecimiento muy importante.
Este ha sido de los tres el segundo viaje en auto, ya que el primero fue en bus en el año 2005, saliendo por la noche del miércoles, plan de 10:30 pm y agarrando la Panamericana Sur rumbo a Pisco, fueron 9 horas de viaje a una velocidad de casi 120km por hora (yo no manejaba) y haciendo las paradas de rigor por gasolina, baño y mareos.
El desvío se toma en un pueblito que se llama San Clemente y desde ahí todo es cuesta arriba, no muy ajetreado y para que decirlo, la carretera estaba muy bien, salvo algunas piedras en el camino por culpa de algún deslizamiento, pasando por el punto más elevado a una altura máxima de 4743 mts con un frió de la pitiri mitiri.
Llegamos a la ciudad de Huamanga a eso de las 7:30 am con un sol impresionante y todo el movimiento habitual de unas fiestas que empieza desde muy temprano, con las iglesias atestadas por feligreses y los mercados en un gran apogeo con los productos frescos y los clientes hambrientos. Nos recibieron en la casa de los Torres Chahud (no nos íbamos a hospedar ahí), grandes amigos desde el 2004, que después de la descarga del equipaje nos recompensaron con un buen desayuno (hartas chaplas - pan típico) y un cafecito bien caliente. Nos hospedamos en la casa de la familia de Cristian (cuñado de Mary), no muy lejos de la plaza de armas (a unas 6 cuadras en el cruce de Manco Capac con Fortaleza), una familia muy agradable y atenta con nosotros.
Ese mismo día nos invitaron a almorzar en casa de los Torres, la tía Chabu cocino pucca picante y estaba de la rechupete, obviamente pasamos antes por el mercado para degustar el rico chanchito frito por 8 soles y paramos en una que otra iglesia para tomar las primeras instantáneas mientras íbamos acostumbrándonos a la altura. Después del almuerzo fuimos al mercado que queda dentro de la ex-cárcel así como que íbamos preguntando por algunos recuerdos y tener una idea de que íbamos a traer de regalo. Ya por la noche nos tocó hacer el recorrido de iglesias, las más cercanas (visitamos 8 de un total de 33), todas bien arregladas e iluminadas y llenas de gente que entraba y salía mismo procesión, la seguridad estaba al máximo. Después nos invitaron a una fogata-concierto por el lanzamiento de una nueva cerveza llamada "Tres Cruces" del grupo AJE, yo no soy chelero pero la verdad es que estaba muy buena.
El viernes fue un día tranquilo, ya que en la noche salía la procesión del Santo Sepulcro y ahí si tenía que estar, entonces el viernes ya solo fuimos al mirador de la ciudad después de almorzar en casa de los Torres ya que no hay primera sin segunda y esta vez toco sopa de mondongo, típico plato de viernes santo.
Ya por la noche fue una de las procesiones más importantes de la Semana Santa, la salida del Santo Sepulcro seguida de la Virgen Dolorosa, casi 4 horas de procesión y eso que solo es una vuelta a la plaza de armas, lo bacán de todo es que el suelo de los alrededores por donde pasan las andas están pintadas con paisajes turísticos que quitan el habla de solo verlos, ahí hay que aprovechar al máximo el tiempo para poder sacar todas las fotos que se pueda antes de que pasen encima de las pinturas. Durante la procesión hay que permanecer en lugares estratégicos ya que hay gente por toneladas y todos quieren ver, entonces te empujan, pisan, meten cuerpo para poder agarrar buenos sitios, es ahí donde tienes que hacer de todo para no perder tu lugar y sacar buenas fotos, tuve suerte porque obtuve muy buenas tomas. Al final de la procesión siempre quedamos en encontrarnos en el restaurante del hotel de turistas que está a una cuadra de la plaza de armas, esto es porque siempre hay un montón de gente y usualmente nos separamos, pero al final siempre terminamos juntos otra vez, después ya venía lo bueno.
Resulta que el día anterior en la fogata de AJE tome unas fotos del evento, estas fotos se las enseñaron a Fernando (él trabaja para AJE) que es el cuñado de Omar y le gustaron las tomas, tanto así que me pregunto si quería acompañarlos a los eventos de promoción de Tres Cruces en la noche, yo obviamente dije que sí, lo único que tenía que hacer era llevar mi cámara de fotos.
La jornada empezó a la media noche del viernes y terminamos a las 4am del sábado después de visitar 5 diferentes locales. Es realmente impresionante la velocidad como se mueven las cosas durante este tipo de eventos, te toma máximo 20 minutos por local y mientras subes y bajas, entras y sales, y te llevan se consume 1 hora. Ahora entiendo porque las chicas que contratan para promocionar una marca terminan molidas, mis respetos por el tipo de jornada que tienen que cumplir.
Ni bien terminamos la jornada de la noche ya tenía que estar nuevamente levantado antes de las 9am para las fotos del sábado, ahora tocaba el famoso jala toro que no es otra cosa que un similar a lo que sucede en España, la única diferencia es que acá no salen en grupo sino que es uno por uno y los llevan con usa soga para evitar que salgan de su camino. La gracia de todo esto es que al toro le dejan un poco de rienda suelta, entonces como se puede suponer, el toro hace de las suyas. Esta vez lo peor que paso fue que se llevó el carrito de helado de Donofrio junto con una sombrilla, nada trágico. Esto dura toda la mañana hasta la hora de almuerzo, no están sacando toros a cada rato, sale uno cada hora, así que en total saldrán unos 6 o 7 máximo. Ya por la tarde tocaba asistir a una corrida de toros, todo auspiciado por Tres Cruces, pero en este casi si decidí pasar, ya que a mí no me gustan estas cosas y a mi esposa menos, ya nosotros decidimos ir a hacer las compras familiares, terminamos comprando las cosas en la ex-cárcel ya que ahora es casi como un mercado indio del estilo de Petit-Thouars. Al final más hemos gastado en regalos que en todo el fin de semana en Ayacucho.
Después de dejar todo en casa nos tocó el último evento relacionado con Tres Cruces, pero esta vez era en agradecimiento a todos los participantes y nos llevaron a comer a todos, esposas incluidas. Teníamos que terminar temprano para poder dormir y estar levantados a las 4am del domingo para la misa previa a la última procesión que es la del Cristo Resucitado. Lo particular de esta misa es que es 100% en quechua. E s realmente impresionante estar presente en la última procesión, toda la plaza de armas está rodeada de castillos con fuegos artificiales que van prendiendo conforme avanza la hora hasta la misa, la gente baila en las calles (obviamente el trago va y viene a diestra y siniestra) y todo esto es porque justo en esa madrugada es el cambio de mayordomo, celebras con el que sale del cargo hasta la media noche y celebras con el que entra al cargo desde las media noche.
Más o menos a eso de las 4:30am se abren las puertas de la iglesia y la gente se abalanza sobre el anda, la cual está dentro de la iglesia, para agarrar su espacio (su parte del tronco como digo yo) ya que esta anda debe ser levantada por unas 450 personas aproximadamente y en este caso los maderos con los que se levanta son de tronco de árbol sin pulir, debe doler en el alma literalmente. El anda completa está hecha de velas blancas y la parte más alta está el Cristo Resucitado, el tema es que el anda no pasa por la puerta si es que el Cristo esta levantado, entonces antes de salir tienen que bajarlo, pasar por la puerta y volverlo a levantar, según tengo entendido dentro del anda hay unas 4 personas que hacen este trabajo además de estar al pendiente de que las velas estén prendidas. Lo mejor de toda la procesión es ver el amanecer del día domingo, el anda sale aun siendo de noche y entra nuevamente a la iglesia siendo de día. Escuchar a los cargadores gritando "no pesa nada" y viendo en cada esquina cuando tienen que doblar como el anda se inclina hacia un lado dando la impresión que se fuera a caer, es realmente im-pre-sio-nan-te.
Para nosotros el viaje de regreso empieza a las 9am del domingo cuando emprendemos nuestro retorno a la ciudad capital, es mucho más rápido de bajada, eso lo puedo asegurar. Esta vez tuvimos un regreso tranquilo sin lluvia, ni neblina, ni granizo y sin nieve, sol todo el camino. Llegamos a Lima cerca de las 6pm. sin parar a almorzar porque teníamos nuestra lonchera para casos de emergencia.
Sin más ni más la jornada religiosa por semana santa termino en ese momento con una demostración de fe infinita, trabajo en equipo, celebración tras celebración durante todo el fin de semana, hordas de turistas hambrientos de nuestra cultura, entrando y saliendo de todas las iglesias que el tiempo podía permitirles visitar y llevándose los mejores recuerdos típicos de una ciudad donde su gente pone la alegría en el día a día.