El mes de Febrero pasado hemos estado bastante complicados por una emergencia que ocasiono una intervención quirúrgica importante en mi señora esposa, algo que sabíamos que iba a suceder tarde o temprano y que los chequeos médicos y los resultados demostraron, solo era cosa de esperar pero me hubiera gustado que fuera más tarde que temprano.
Ya habíamos pasado por un episodio similar en Enero donde el medico que nos atendió en emergencia en la clínica Maison de Sante de Chorrillos nos dijo que tenía que ser operada si o si en ese momento y yo dije que no porque teníamos que consultar con los médicos que habían visto a Mary durante su embarazo y al pediatra, no podíamos tomar una decisión tan a la ligera, aparte que no le creí mucho lo que me dijo, que estaba medio hablando piedras y que de todas maneras quería una segunda opinión, fue en ese momento que decidimos conversar con nuestros doctores para ir descartando ese diagnóstico.
Pasamos por todos los chequeos necesarios, sangre, orina, ecografía abdominal y estuvimos viendo todo ese tema con nuestro médico internista que ya nos conoce desde hace buen tiempo, la cosa es que de prueba en prueba solo teníamos que esperar los resultados, ya la ecografía había indicado que habían algunos cálculos en la vesícula pero que mientras no hubiera dolor no era necesario hacer nada, todos tranquilos hasta que llego el día del dolor.
Lunes 10 de Enero a las 8:35 de la mañana me estaban llamando de la casa porque Mary estaba con dolores en el abdomen y doblada casi en ángulo de 90 grados, habían llamado a un taxi para que la lleve a la clínica San Borja y yo tuve que salir disparado, tenía dos posibles destinos, ir a la casa para encontrarme con ella y acompañarla o ir de frente a la clínica para llegar al mismo tiempo que ella, decidí ir a la casa.
Justo cuando estaba entrando al condominio llega el taxi, en lugar de llevarla yo en el auto, aprovechamos el taxi que ya teníamos ahí, fueron los minutos más largos de mi vida, el recorrido parecía que duraba horas, no fue como cuando lleve a Mary a dar a luz que los 25 minutos se pasaron volando, acá fue diferente y creo que era porque yo no manejaba.
Llegamos a emergencia, le explique al doctor que nos recibió el tema, pensó que estaba gestando por el abdomen hinchado pero le comente que hacía cuatro meses que había tenido una cesárea. Lo primero que había que hacer era calmar el dolor, ponerle una línea intravenosa a Mary es lo más difícil, se demoraron como 20 minutos en encontrar la arteria adecuada, probaron varias veces en varios lugares y con diferentes tipos de aguja. Dos horas más tarde estaban llevándola para sacar una nueva ecografía abdominal y fue el mismo ecógrafo que estuvo con nosotros durante todo el embarazo, el doctor Sánchez pensó que estábamos de nuevo con la dulce espera. No era esta vez eso y el confirmo los cálculos, eran como 35 en total que median entre 2 y 5 milímetros en promedio, no había mas que operar.
Nos enviaron al cirujano, un doctor de apellido Dorich, que nos atendió muy bien, nos explicó el procedimiento, que iba a utilizar la técnica paroscópica y que si todo salía bien en menos de tres días estaría saliendo de alta. Yo le explique el tema de la lactancia, no quería perjudicar a la bebe de ninguna forma, se tomaron las precauciones del caso y la operación fue programada para ese mismo día a las 6pm. Mi suegra tuvo que quedarse en la casa esos días cuidando a la bebe, mientras yo iba y venía de la clínica, llevando cosas y arreglando papeles, la leche materna se tuvo que extraer y desechar para que los antibióticos no causen efectos secundarios a la bubu.
La operación fue sencilla pero no supimos nada de Mary como hasta las 10pm, por suerte no estaba solo, una de las hermanas de Mary nos estuvo acompañando toda la tarde hasta muy entrada la noche, al final ella se tuvo que ir a ver a sus hijos y yo tuve que irme a casa para ver a mi hija, a Mary ya no la pude ver hasta el día siguiente cuando la pasaron al cuarto. Al final solo estuvo internada tres días, el miércoles al medio día ya estamos saliendo de la clínica, incluso lleve a la bubu temprano para que vea a su mama, ese es un reencuentro que no voy a olvidar, las lágrimas fueron testigo de ello y fue como la primera vez que Mary vio a nuestra hija después del parto, en ese momento ya podía darle de lactar con normalidad, todo era alegría nuevamente y Mary tuvo descanso medico de una semana. Por mi parte yo volví a trabajar como todos los días, mi rutina había vuelto a la realidad otra vez.
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