A mí siempre me ha gustado mantener contacto con la gente con la que he estudiado, ya sea del colegio, del instituto o de la universidad. En este caso ya tocaba la reunión con la gente del colegio y no era para menos, estábamos cumpliendo 20 años de egresados.
Yo siempre he estado incitando las reuniones, incluso desde años anteriores, pero sin mucho éxito, solo lograba que vayan no más de 15 personas, así que no puedo considerar esas reuniones como un gran logro, pero a principios de año si logre algo más que eso, se me ocurrió hacer la reunión en un pub en Miraflores pero previo pago, para no pecar de inocente y pensar que podía armar una gran reunión con 30 personas confirmadas de palabra pero que al final se traducía solo en 10.
Es por ello que a principios del 2011, en Enero, se me ocurrió reunir a la gente de la Prom, no sin antes mover cielo y tierra tratando de buscar un lugar donde pudiera tener a más de 20 personas sin ocasionar estragos al dueño de la casa prestada, por suerte Deborah me ayudo a encontrar un lugar en Miraflores llamado Cantares que es un pub ubicado en los cruces de las calles Shell y Alcanfores, ellos muy amablemente me dejaron usar el local y pagando creo que 20 soles. No pensé que en esa primera reunión tuviera tanta gente, yo calcule los clásicos 15 asistentes pero esta vez quede sorprendido porque llegaron 34. Todo salió bastante bien, hubo fotos, tragos y piqueos, no sé hasta qué hora se quedaron pero yo me retire a las 2am porque tenía que ir a trabajar al día siguiente.
Después de esta reunión, hubieron otras, más sencillas, con menos gente, pero servían para mantener a los de la Prom en contacto. Consultando y conversando con algunas de las personas de la 26, teniendo en cuenta que ya había pasado la mitad del año, decidimos hacer algo más grande, una reunión que se planifico como almuerzo a para fin de año, aprovechando Diciembre ya que mucha gente viaja para pasar las fiestas con sus familias, era la mejor fecha, pero esta vez iba a necesitar ayuda organizando, más aún porque mi matrimonio estaba a puertas (fue en el mes de Agosto) y yo ya tenía mis fines de semana de un lado para otro.
Ahora la cosa se ponía buena, recibí la ayuda de Diego y de Alessandra, a quienes agradezco un montón, ellos tenían contacto con otras personas de la Prom con los cuales yo no tenía acceso alguno y Diego fue quien consiguió el local y dio su cuenta de ahorros para que se puedan hacer los depósitos, esto era más que obvio porque no íbamos a organizar una reunión para 60 personas cuando menos de la mitad confirma su asistencia, por esa razón, primero se cobraría y después se ve cómo van los ingresos, si no se llegaba a la cifra esperada se devolvía el dinero depositado. El valor original fue de 100 soles pero después se bajó a 60 soles.
Antes de que Diego encontrara el local donde se realizó la reunión, se estuvieron viendo varias opciones, alquilar casas, contratar a un buffet, o un club fuera de Lima, pero ninguno de esos intentos llego a concretarse, y lo peor era que la fecha se iba acercando y no teníamos nada definido. Para finales de Octubre teníamos el depósito de solo 20 personas, una cifra poco alentadora, pero lo interesante de esa cifra era que varios de los que habían pagado con anticipación eran los que venían de fuera.
Fue genial saber que habían varios asistentes que venían de fuera del país, Ingo que venía de Brasil, Patty y Kathy que venían de USA, Mariana y Andrés de Europa, y Pancho de Chile y no recuerdo quienes más, pero ya con tener 6 compañeros residentes en el extranjero era bastante, solo teníamos que hacer que más gente confirme y deposite para asegurar el evento en la fecha pactada. Algo más que se trató de hacer fue de invitar a algunos profesores, solo me confirmo Eduardo (Lalo) que podía asistir con su esposa pero horas antes me confirmo que se le había complicado y que no llegaba, fue una pena.
El día del evento fue en una cevicheria que se llama La Preferida, yo llegue tarde, por culpa del trabajo, pero llegue, ya había un montón de gente, llegamos a ser como 63 personas, un record después de 20 años, hubo comida, trago, música y bastante camaradería; saludos, abrazos, risas, historias, chapas, fotos por toneladas, fue genial compartir una tarde con gente con la que había pasado 11 años de mi vida, y lo mejor fue recibir el agradecimiento de algunos por haber hecho la reunión. Lo otro fue que se pudo armar una relación de los asistentes con datos actuales, teléfonos, correos y lugares de trabajo, uno nunca sabe cuándo pueda necesitar un veterinario o un abogado, esa lista aun no la he ingresado al Excel. Al cerrar la noche, al menos para mí, cantaron el himno del colegio, pero yo ya estaba fuera del local.
Como todos los asistentes (al menos eso creo), la pase mostro, termine muy contento y satisfecho por el logro obtenido, espero que no sea la última vez y que no tenga que esperar a que pasen 10 años más para organizar otra, la idea es poder tener reuniones como esta cada cierto tiempo para que la gente se mantenga el contacto, más aun cuando hay gente que viaja constantemente al Perú y es a ellos a quienes más les gusta la idea de ver a sus compañeros de nuevo.
Lo que sí, para aquellos que se animen a organizar reuniones de este nivel, no se sientan mal si los primeros intentos no resultan como quieren, es cosa de esfuerzo, paciencia, constancia y agallas, lo demás llega solo.
Juan, cuando te organizas una reu en el boulevard de Retablo ?
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