Las partidas son las más difíciles, sobre todo si es porque alguien te ha dejado para ir a un lugar mucho mejor, alguien que ha marcado tu vida para siempre, que te ha acompañado en las buenas y en las malas, que ha celebrado contigo tus logros y te ha hecho compañía en tus momentos más tristes.
Yo no tuve la suerte de conocerlo desde el principio, cuando me lo presentaron ya tenía sus buenos años encima pero aún era joven, recuerdo que cuando Mary me lo presento me dijo, si él te aprueba entonces podemos estar juntos, ya con eso tenía que guardarle mucho respeto, sobretodo porque era el quien debía autorizar nuestra relación.
Puede sonar muy raro, pero la primera impresión que tuve de él fue de terror, era bastante más grande de lo que esperaba y bastante más pesado, tanto así que fácilmente podía tumbarte al suelo si lo quisiera con solo un pequeño movimiento. Tuve mucha suerte aquella vez, no me hizo ningún problema, fue una gran sorpresa para todos de que no reaccionara de mala manera conmigo, ya con eso estuve mucho más tranquilo.
Los siguientes años fui ganándome su confianza, ya jugábamos y se dejaba hacer bromas ya sea por teléfono o en persona, lo que más recuerdo fue el susto que una vez me dio, a él le gustaba que le hicieran mucho cariño, una vez que empezabas ya no te dejaba y si no le hacías mucho caso te reclamaba a su manera, esa vez cuando deje de jugar con él fue cuando me agarro el brazo con tanta fuerza que pensé que me lo iba a romper o a arrancar pero fue solo susto, no lo hizo de mala gana pero si sentí la fuerza de su mandíbula alrededor de mi brazo.
Ya se preguntaran quien es, pensaran que mi comentario es raro pero no, él fue un can, un gran amigo y compañero, fue el pitbull de mi esposa, fue el quien aprobó mi ingreso a la familia, fue el quien me enseño que un perro de ese tamaño no es tan malo como siempre lo describen, si es bien criado y cuidado puede sorprenderte, fue un amor de gente, era tratado como uno más de la familia, tenía su lugar en la mesa, aunque en estos últimos años ya no podía sentarse en una silla por la edad y el peso que tenía pero alguna vez lo llego a hacer.
Él fue el hijo de Mary, muy querido y engreído por ella, tanto así que a veces lo anteponía a cualquier cosa, el ahora ya no se encuentra con nosotros, está en un lugar mucho mejor, se fue tranquilo y sin dolor. Gracias por enseñarme que efectivamente los perros son los mejores compañeros del hombre y de la mujer, por demostrar cariño en grandes cantidades pero a tu manera, por jugar conmigo aunque eso significaba terminar en el suelo, por jalarme cuando querías pasear y llegar un poco más lejos, por demostrar lo muy inteligente que eras y por proteger a la familia como lo hiciste.
Muchos no entenderán el amor que uno puede tener por sus mascotas, pensaran que estoy loco, pero otras personas si me entenderán y bastante bien, ellos son familia, son hermanos, son hijos, son tutores y protectores, descansa en paz mi querido CONAN más conocido como Morcilla.
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