Hay veces que viajo en transporte público, cuando hay que ahorrar dinero y eso significa evitar el uso del auto de manera indiscriminada.
El día de ayer me toco volver a casa en la línea "S" que ahora va por la paralela de Pardo, sale por la Vía Expresa y llega a Paseo de la Republica hasta Benavides, yo me quedo en La Merced para hacer mi transbordo, en fin, la cosa es que a la hora que voy a subir el cobrado dice que es el paradero del Ovalo de Miraflores y una señorita que en teoría debería bajar pregunto si llegaba hasta el Ovalo Higuereta, el cobrador dice que sí y la chica se vuelve a acomodar en su asiento.
La cosa es que el cobrador le dice que tiene que pagar más, porque hasta el Ovalo de Miraflores es un sol cincuenta desde La Marina, la chica dice que no va a pagar más porque ella siempre paga eso hasta el Ovalo Higuereta, ahí empieza la bronca.
Palabras cada vez más hirientes van y vienen atravesando la combi de un lado a otro, ella le dice al cobrador que no tiene educación y que le ha faltado al respeto y le dice que pobre su madre por tenerlo y porque ella es universitaria no va a permitir ese tipo de faltas de respeto y que a penas vea un policía le dice todo eso, el cobrado por su parte le dice que no le ha faltado al respeto, que no le interesa su educación y que se lleva muy bien con su mama y que el solo quiere la diferencia del pasaje, el chofer solo trataba de calmar al cobrador para evitar mayores problemas.
Nadie intervino en la trifulca.
Cuando las cosas ya estaban medio calmadas y la señorita en cuestión obviamente no pago la diferencia de cincuenta céntimos hubo una señora que estaba en otro asiento que decía que nadie es menos que otro por tener una mejor educación, que todos somos humanos y que se debe respetar el uno al otro y que era verdad que el pasaje desde La Marina hasta el Ovalo Higuereta era de dos soles.
La pregunta del millón de soles es, vale la pena discutir por 20, 30 o 50 céntimos? es verdad que a veces los cobradores de las combis se aprovechan de los pasajeros cobrando pasajes excesivos pero también es verdad que hay pasajeros que se aprovechan de esos céntimos para pagar de menos y se quedan calladitos nomas hasta llegar a su destino. Esa es la verdad de la milanesa.
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