Ayer después de mi primer día en la oficina luego de unas vacaciones bien merecidas tuve que ir a Compu Palace en Miraflores para ver una laptop que había dejado a reparar el fin de semana y que supuestamente estaba lista para recoger pero al parecer algo más había fallado, típico.
La cosa es que en el mismo lugar donde había dejado la laptop había un joven gringo de unos 26 años que estaba tratando de hacerse entender y explicarle al técnico de cuál era el problema que estaba teniendo y porque estaban demorando tanto, el técnico por su parte también estaba tratando de explicarse pero sin mucha suerte, luego de unos minutos de infructuoso dialogo entre ambos individuos decidí que tenía que intervenir, realmente es un problema no poder explicarte y no poder entender lo que te responden.
Suerte la mía, este joven me dejo tratar de dialogar entre ambos como una especie de árbitro, tratando de evitar que la discusión se convierta en una pelea abierta en dos idiomas, más que todo por lo frustrado que se estaba sintiendo el gringo al no obtener una respuesta clara y directa.
Los extranjeros tienen una imagen diferente de cómo debe de ser el servicio que reciben, que pueden quejarse ante cualquier autoridad y que pueden conseguir que le cierren el negocio a cualquier individuo que presente alguna incongruencia cercana a una estafa, pero acá eso no funciona, traer un policía no iba a lograr nada y no tenía más que esperar que el proceso termine de buena o mala manera. Tuve que explicarle como es que funcionan las cosas acá y la verdad me dio mucha pena porque al no obtener ayuda de nadie termino en este taller donde en lugar de recibir una solución solo consiguió un problema mayor. Aprendió la lección de la peor manera y ahora sabe que no todo lo que te ofrecen es real, una situación lamentable pero cierta.
Después de un poco de conversación, Cooper me explico cuál era el meollo del asunto, él tiene una Mac Book Pro y la había dejado en un taller para PCs, la había dejado desde el jueves pasado y ya habían pasado cuatro días y no daban respuesta a su problema, lo habían hecho ir varias veces y la única respuesta que recibía era de que todavía faltaba y que en un rato la tenían lista. La pobre maquina estaba desarmada, la habían tratado de arreglar a la criolla, era por eso que habían dañado un cable del que no había repuesto a la mano, aunque decían que ya estaba así, y ese es el cable que hacía que el WiFi de la máquina, la cámara y el Bluetooth funcionen, la cosa es que sin el WiFi no haces nada.
Cooper es un estudiante de medicina que recién tiene tres semanas en Lima y está haciendo un estudio sobre la Tuberculosis, tiene planeado quedarse por lo menos un año y el trabajo de investigación que está realizando debe ser reportado cada cierto tiempo al grupo de médicos que están en USA, lamentablemente todo su trabajo estaba truncado porque no podía enviar nada ni comunicarse con nadie en los últimos cuatro días.
La solución no estaba cerca, querían como 100$ por un cable nuevo, una estafa total y él lo sabía, ese cable lo podía conseguir por Internet a 30$ pero allá, acá iba a ser mucho más difícil. Los especialistas en MAC de otro puesto me indicaron que la reparación del problema con cable nuevo y todo iba a bordear los 220$ y si es que había algo más malogrado podría costar casi 450$, para eso mejor comprar una maquina nueva.
La cosa es que estuve con Cooper como dos horas tratando de ayudarlo a resolver el problema, se le ocurrió la idea de comprar los dispositivos externos, un USB para el WiFi y una cámara externa pero que sean compatibles con MAC, nuevo problema, acá no venden cosas para MAC y si las venden son de las más simples que puedes encontrar, por suerte encontramos un WiFi USB compatible con MAC a casi 40 soles y una cámara web por 65 soles, Cooper se quedó con solo 2 soles para poder regresar a su casa, lo bueno es que podía regresar caminando porque estaba hospedado en una casa en Miraflores a pocas cuadras de la Av. Arequipa.
Durante las dos horas de espera estuvimos hablando de todo un poco, el preguntaba más de lo que yo podía preguntar, me pregunto de mi trabajo, de mis estudios, de mi matrimonio, le conté de mis vacaciones y estuvo bastante interesado en conocer Huancayo, aparte de saber también como fue que conocí a María y cómo fue que nos enamoramos y terminamos casándonos, bien dicen, recordar es volver a vivir y fue bastante divertido contarlo todo en inglés. El me contó que vivía en California pero que había nacido en Alaska y que por eso no tenía problemas con los climas fríos.
El armado de su máquina demoro bastante, primero porque tenían que sellar la pantalla con silicona ya que esas pantallas no son a presión, después tuvieron que armar el resto, ya casi a las 9pm Cooper logro recuperar su máquina y probar que efectivamente prendía, cruzando los dedos para que todo estuviera en su lugar salvo el tema del WiFi, al menos todo parecía bien, lo que tenía que hacer ahora era llegar a casa y probar los componentes externos, ojala y haya logrado conectarse con los médicos en USA, hay vidas que dependen de ello.